Entrevista a Silvino Cubesare, vencedor del Trail Peñalara 60K

Cubesare, encabezando la prueba corta de GTP.

 

Silvino Cubesare, corredor rarámuri de la Sierra Trarahumara, narra en esta entrevista su experiencia en el Trail Peñalara 60K.

Silvino Cubesare y Arnufo Quimare en la Pedriza de Manzanares. Foto: Miguel Angel Jimenez MuxoSilvino Cubesare y Arnufo Quimare en la Pedriza de Manzanares. Foto: Miguel Angel Jimenez MuxoSilvino pertenece a la etnia ráramuri y desde niño ha crecido trotando en los caminos de las impresionantes Barrancas del Cobre (equivalentes a cuatro veces el Gran Cañón del Colorado) de la Sierra Tarahumara, Chihuahua, al norte de México. A sus 38 años, Silvino ya es abuelo y sustenta a toda la familia cultivando papas y maíz además del pastoreo de un puñado de chivas. Es la forma de vida que este pueblo indígena tiene de sacar adelante a los suyos, sin embargo, cuando las sequías son persistentes las familias rarámuri han de soportar temporadas de mortífera hambruna, como ya sucedió en 2012.

Estas circunstancias vitales han propiciado que una actividad que para los rarámuri ha sido su rutina ancestral, ‘correr’, sea utilizada para llevar a sus comunidades recursos que mejoren unas condiciones de vida tan austeras. Varios han sido los corredores rarámuri que en los últimos años han competido fuera de México. Si bien, cabe recordar que para los rarámuri la carrera a pie es su principal medio de transporte y una tradición adquirida de padres a hijos. Sin pretenderlo desde niños se convierten en atletas. No entrenan para ninguna carrera porque siempre están preparados para ella. Competencias entre comunidades rarámuri, juntos jóvenes y viejos, hombres y mujeres, en un curioso ‘juego de bola’ (rarájipari), basado en correr en equipo dando patadas a una bola de madera durante eternas kilometradas, han curtido a generaciones de “pies ligeros”.

A continuación reproducimos una breve entrevista con Silvino Cubesare, tímido por naturaleza, como son los rarámuri; pero también dignos, solidarios, austeros, sufridores... y poseedores del secreto de la resistencia como pueblo, a lo largo de su azarosa Historia, y como corredores de larga distancia.

Silvino, ¿qué te ha pareció la carrera?

R: Es una carrera bonita, muy de correr ligero pero con un tramo pesado de Pájaros a Peñalara. La bajada de Peñalara me costó, lo demás fue más fácil.

¿Cómo has pasado esta semana en España?

R: La gente es muy amable conmigo y he estado augusto. El pueblo de La Granja (Segovia) es como nuestra segunda casa y la familia Marcos como si fuesen nuestros parientes. También he podido entrenar y conocer parte del circuito. Estas montañas son muy bellas.

¿Conocer parte del recorrido te ha ayudado?

R: Mucho, sobre todo el tramo de canchales en lo alto de Peñalara. También ha sido importante conocer la parte final. Al saber que desde las antenas (Bola del Mundo) era ya todo bajada pude dejar que las piernas recuperasen fuerza, para después darle duro hasta el final.

¿Un día tan caluroso te benefició o te perjudicó?

R: Los rarámuri estamos acostumbrados al calor, el día de la carrera teníamos una temperatura parecida a la de mi tierra. Creo que más calor me hubiese venido bien. Aunque cuando llegué a la laguna de los Pájaros ya iba sin agua y allí mismo tuve que cargar los bidones.

En la bajada de Peñalara te vimos pasando apuros…

R: Me sirvió de mucho que Luisete (corredor segoviano amigo de Silvino) tirase de mí en esa bajada, pues es un descenso rápido con mucha piedra. Al ir acompañado de Luis marcándome un ritmo tan vivo no me retrasé. Luis es muy bueno bajando y pudimos alcanzar a varios corredores. Luego, desde el avituallamiento del Puerto de Cotos a las antenas (Bola del Mundo) fui a mi ritmo y enlacé con los primeros. Pasadas las antenas me quedé delante y le di recio hasta la meta.

 ¿Cómo fue tu entrada en meta?

 R: Al entrar en el pueblo de Navacerrada vi que un corredor venía detrás muy rápido, así que hasta el metro final tuve que darle duro de verdad. Ganar me dio mucha alegría, toda la gente me felicitaba. Realmente estoy muy contento también por mi gente.

Tuviste un grupo de amigos que te apoyaron en la carrera…

R: Su apoyo en los avituallamientos fue de gran ayuda. Sabía que estaban esperándome en varios lugares con todo lo necesario. En otras carreras, cuando salgo de mi país, no tengo asistencia y eso hace que baje mi rendimiento, pues los rarámuri estamos acostumbrados a unos alimentos que en estas carreras no tenemos.

¿Qué alimentos consumiste durante la carrera?

R: Papas cocidas con sal, tortillas tostadas de maíz y ‘pinole’ (brebaje a base de agua azucarada y harina de maíz tostado).

Generalmente los rarámuri corréis con huaraches (sandalias hechas con neumático de coche) pero tú has corrido con zapatillas…

R: Algunas veces corro con unas zapatillas que me regalaron (voladoras de asfalto) porque en las bajadas entre las piedras protegen algo más los dedos. Pero los rarámuri no siempre nos adaptamos a las zapatillas. Por ejemplo mi primo Arnulfo Quimare no las aguanta y siempre corre con huaraches, prefiere tener los pies libres.

¿Te hubiese gustado correr el GTP de 115km?

R: Sí, y si me vuelven a invitar y podemos venir estaría gustoso. Mi intención era correr la carrera de 115 km, pero no lo hice porque llegaba cansado de la siembra de maíz en mi tierra y durante unos días me sentí algo enfermo. En esta ocasión no estaba en buenas condiciones para correr tantos kilómetros. Mis felicitaciones a los que la completaron.

***En este viaje a España acompaña a Silvino su amigo Salvador Holguín. Y según comenta al hilo de la entrevista: “Qué los raramuri hayan podido correr en España ha sido posible gracias al esfuerzo de muchos amigos tanto de España como de México. Gracias a los triunfos en España de Silvino y Arnulfo del año pasado, esta vez nos apoyó el gobierno con los vuelos y parte de los gastos. Como se dice en lengua  rarámuri, ‘MATÉTERA BA’ (Gracias a todos)”.