Música de fondo: Creedence Clearwater Revival, la banda americana de rock de los 60

Si escribo CCR, más de uno pensará que, intentando escribir las iniciales del ínclito balompedista luso del Real Madrid llamado Cristiano Ronaldo, he tecleado una vez de más, por error, la letra “C”.

Es cierto que soy habitual víctima de la impericia como pianista mecanográfico cuando de transcribir mis ideas a través del teclado del ordenador se trata, sobre todo cuando tengo cierta prisa, y sin querer me invento todo tipo de palabras y caracteres que no vienen a cuento con el cuento que esté escribiendo en ese momento, palabras que incluso no existen (a lo mejor sí en chino de la china o en Ruso de Crimea, pero no en Español de España) y que termino preguntándome a veces, el dedo índice suspendido en el aire, cual Flamenco con la pata en el idem, como es que a ese teclado le faltan letras que luego resulta que aparecen por arte de magia.

Pero no. Lo que quería poner era exactamente eso: CCR. Creedence Clearwater Revival, que ese es el nombre cuyas iniciales escribía al principio, y no el nombre del merengue héroe futbolero, o héroe futbolero de merengue, que a lo mejor era más acertado decirlo así, fue una banda de 4 miembros formada por los hermanos Fogerty, John, cantante, compositor y líder del grupo, y Tom, Guitarrista rítmico, además de por Stuart Cook al bajo y Doug Clifford como baterista.

Corrían –que manía con correr- los años últimos de la convulsa década de los sesenta (me niego a decir aquella majadería de “la década prodigiosa” aunque lo fuera, primero porque esa denominación está más sobada ya que teta de cortesana y segundo porque me recuerda a aquellos individuos que bajo esa misma y concreta denominación se dedicaban a hacer el ridículo editando discos con poupurris de presuntos éxitos musicales de aquellos años) y había un poco de todo: muchos palos, mucha guerra, de la fría y de la caliente (esto de las guerras a veces es como los sándwiches) mucha protesta y mucha contracultura.

Y a la vanguardia de esa contracultura estaban los Hippies, que aportaron mucho pelo, bastante ingenuidad y mucha exuberancia, en lo estético y en lo musical. Cuando el impulso original del hippysmo se quemó en su propio ardor en 1968, (el movimiento ya había sido asimilado y domesticado por el sistema y convertido en una moda estúpida más) eso se manifestó, en lo musical, en una simplificación en cuanto a los estilos y en un retorno al rock primigenio.

Creedence Clearwater Revival: "Run through the Jungle". Haz clic para escuchar la canción.Los buques insignia de la música renegaron de los excesos psicodélicos de sus álbumes más recientes y viraron la proa buscando la inspiración para los nuevos trabajos en las raíces del rock primigenio, marcando el rumbo a seguir en los años siguientes y propiciando el nacimiento de nuevas bandas según estas directrices. Bandas que impulsaron y evolucionaron esta nueva corriente. Quizá la más influyente de esas bandas fue la Credence Clearwater Revival. El nombre, compuesto por tres palabras, lo sacaron del apellido de un amigo de Tom Fogerty, de una marca de cerveza y de una declaración de intenciones: “Revival” haciendo alusión al renacimiento del rock simple frente a las exuberancias del Hippysmo que venimos comentando.

Creedence Clearwater Revival: "Pagan Baby".Haz clic para escuchar la canción.Combinando la voz de John Fogerty -en su garganta una motosierra en vez de cuerdas vocales-, las guitarras broncas y cortantes de Tom Fogerty y Stu Cook y la batería adusta pero implacable de Doug Clifford, CCR conseguiría un muro de sonido característico que les aupó a lo más alto de las preferencias del público estadounidense. De ellos vamos a escuchar dos canciones que he utilizado bastante por su tempo agresivo y trepidante y, en algunos casos como el de la primera canción, por su temática alusiva a elementos que tienen mucho que ver con nuestra afición a correr por la naturaleza. Run trough the Jungle, extraída del mejor disco de CCR, Cosmos Factory, nació como un reflejo artístico del horror bélico que por entonces se vivía (o más bien se moría) en las frondosas junglas vietnamitas. La segunda, Pagan Baby, es básicamente un riff de guitarra sincopado hasta el paroxismo, como para ponerle a Lázaro, el de levántate y anda, a hacer miles. Directamente.