Pablo Cantó, en la III Subida a la Degollá. Foto: Latula Team

 

He decidido contaros los motivos por los que sé que nunca voy a ser un buen corredor y, acto seguido, los motivos por los que, a pesar de todo, voy a seguir corriendo. ¿Sabes ese cuñado-primo-tío del curro que te pregunta por qué corres si no vas a quedar primero? Esto va por ellos.

 

 

Pablo Cantó, en la III Subida a la Degollá. Foto: Latula Team

Cuando planteé la idea de hacer este blog contando mis peripecias de cara a la preparación del Campeonato de España de Trail para Periodistas, la idea era ir contando cómo un corredor de pruebas cortas y que siempre ha corrido "por libre" pasaba a entrenar con un entrenador personal y qué resultados iba obteniendo. Entonces, os preguntaréis: ¿y dónde demonios has estado las últimas semanas que no has actualizado? La respuesta es sencilla. Me lesioné. Un conato de periostitis me hizo parar para prevenir males mayores y, aunque he estado rodando y haciendo bici, han sido unas semanas de standby... Aunque ya he vuelto a la acción y este fin de semana me espera un nuevo reto: ¡Los Donceles Trail!

Foto del año pasado en el entrenamiento específico de Los Donceles Trail. Al final no pude correr por lesión, así que... ¡Este año toca resarcirse!Foto del año pasado en el entrenamiento específico de Los Donceles Trail. Al final no pude correr por lesión, así que... ¡Este año toca resarcirse!A partir de este parón por lesión me puse a reflexionar sobre algo que, bueno, es obvio que ya sabía, pero nunca me había dicho para mí en voz alta: nunca voy a ser un buen corredor de montaña. Es decir, puedo llegar a ser –como ya he sido en alguna época– "competitivo" para estar delante, pero nunca voy a estar entre los buenos. ¿Por qué? He decidido contaros los motivos por los que sé que nunca voy a ser un buen corredor y, acto seguido, los motivos por los que, a pesar de todo, voy a seguir corriendo. ¿Sabes ese cuñado-primo-tío del curro que te pregunta por qué corres si no vas a quedar primero? Esto va por ellos.

  • La comida. Este es uno de los grandísimos puntos flacos en los que sé que podría mejorar fácilmente... Y no pienso hacerlo. Trabajo mucho, le dedico muchas horas a entrenar y me encanta que ese "premio" que te regalas a ti mismo por haber sobrevivido a otra jornada interminable sea algo de comida rica. Y, qué demonios, me encanta comer. Y ojo, la comida sana está muy buena, y me encanta, pero seamos sinceros, y sé sincero contigo mismo: no está tan buena como la pizza de pepperoni. Nunca. En este punto podríamos añadir, ya que hablamos de temas alimenticios, mi exceso de café diario y que me gusta la cerveza más que a un tonto un lápiz. Qué le vamos a hacer.
     
  • El trabajo. El trabajo de periodista no es todo lo recomendable que se podría desear para llevar una rutina de entrenamientos... Ni una rutina de cualquier otro tipo: el ritmo y horarios es diferente cada día, raro es que haya dos jornadas seguidas que entrene a la misma hora... ¡E incluso que coma a la misma hora!
     
  • Sueño. El osteópata y corredor Miguel Roncero, en las charlas previas a la carrera Subida a la Degollá, decía: "lo que no puedes pretender es no lesionarte si entrenas a diario y luego duermes seis horas, porque los músculos no pueden recuperarse". Bueno, solo diré que yo sueño con dormir seis horas algún día. Trasnochar y madrugar son dos cosas que no se llevan demasiado bien. ¿Entendéis ahora mi exceso de café?
     
  • Base. Si jugar al Track&Field en la Playstation contara como tener base para el atletismo los keniatas tendría que temerme, pero por desgracia no es así: una vida sedentaria de narices hasta los 19 años ha hecho que no tenga ni base atlética ni técnica de ningún tipo, y de ahí que no me salve de una lesión anual como poco. Pero bueno, ¡vamos mejorando!
     
  • Mi lugar de residencia. Vivir en el centro de Madrid supone tener todo cerca menos una cosa: la montaña. Sacar 500 metros de acumulado sin hacer antes 40km en cercanías es una verdadera proeza, así que toca dejarse los desniveles para el fin de semana. Si luego me adelantáis todos en las subidas, no os extrañéis.

Vale,  estaréis pensando "este tipo es un llorica"... ¡Al contrario! Los cinco puntos de arriba no son excusas, son obstáculos con los que vivo día a día y que me encanta sortear porque voy a seguir corriendo e intentando mejorar todo lo posible. ¿Por qué? Ahí van otros cinco motivos:

  • Soy muy competitivo. ¿Sabéis ese flipado que en la recta final se deja la vida para lograr quedar el 20º en vez de el 21º? Ese soy yo. Qué le voy a hacer, soy muy "picao" y algo se muere dentro de mí cada vez que no logro cazar a un tipo que previamente me ha adelantado. Que sí, que ser "finisher" es divertido, pero ganar a ese tipo con el que has estado haciendo la goma más de diez kilómetros... ¡Es más divertido todavía!
     
  • No estoy solo. Desde hace un par de meses estoy a las órdenes de Marc Bañuls, mi primer preparador... ¡Y no puedo estar más motivado! Saber qué es lo que tienes que hacer durante todo el mes, ver que los entrenamientos no son una cosa aislada sino que todo suma, y tener a alguien que se interese por cómo van tus entrenos es una maravilla, tanto por lo que se mejora como por lo que te ayuda a decidirte a salir a correr ese día que estás en casa calentito y cansado y nada te apetece menos que ponerte las zapatillas. No sé cómo terminaré esta temporada pero que estoy mejorando muchísimo de cara a la larga distancia es un hecho, y se lo debo a él. ¡Gracias, Marc!
     
  • El elemento social. Como apuntaba en este post, correr no es solo una forma saludable de mantenerte en forma sino también una gran manera de hacer amigos y conocer gente. Y oye, no sé si será una tontería, pero en el mundillo del trail siempre conoces a gente interesante y majísima a la que, después de compartir unos kilómetros con ellos, se convierten en amigos para toda la vida. Solo por esto ya creo que vale la pena no quedarse en el sillón de casa.
     
  • Pienso. Decía Murakami en De qué hablo cuando hablo de correr:Mientras corro, tal vez piense en los ríos. Tal vez piense en las nubes. Pero, en sustancia, no pienso en nada. Simplemente sigo corriendo en medio de ese silencio que añoraba, en medio de ese coqueto y artesanal vacío. Es realmente estupendo. Digan lo que digan". Sin pretenderlo, ese "coqueto y artesanal vacío" se ha convertido en la incubadora de muchísimas ideas y planes que surgen en mi cabeza precisamente en ese rato diario que desconecto de todo lo demás. Justo cuando dejo de pensar... ¡Es cuando mi cabeza se pone en ebullición! Si no fuera por esos ratos, jamás me habría puesto, por ejemplo, a escribir esto.
     
  • Me encanta. Puedes olvidarte de todos los demás punto, tanto de por qué no voy a ser buen corredor como de por qué me da igual. Todos se resumen en éste: poner un pie delante del otro lo más rápido que me sea posible e intentar mejorarlo es algo que me encanta y que me hace feliz. A mí no me hacen falta vídeos motivacionales para salir a correr... ¡Me harían falta vídeos motivacionales para no hacerlo!

 

 

 

 

 

Pablo Cantó